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Miguel Ángel Hernández Navarro

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Miguel Ángel Hernández Navarro – Sobre el límite en el arte de acción 

 

 

El límite ha sido una de las cuestiones centrales del arte de acción desde un primer momento.

En primer lugar, el arte de acción, como es sabido, surgió como una forma de arte que intentaba romper los límites
entre las diversas disciplinas artísticas, cuyas fronteras se habían fortalecido durante el modernismo, y sobre el
sentido estable- cido de obra de arte, como algo separado de la vida y del mundo real.

Más allá de la pintura y la escultura, y más allá de las concep- ciones del arte autónomo, la acción supuso una
verdadera “des-limitación” del arte desde mediados de los años cincuenta. Una ruptura absoluta de los límites del
arte y una puesta en cuestión de los modelos tradicionales de experiencia artística. Junto a esta cuestión disciplinal,
la problemática del límite fue central dentro del propio arte de acción en su reflexión sobre el cuerpo y sus
fronteras.

La toma de conciencia del cuerpo y sus posibilidades fue esencial en el desarrollo del arte de acción. Una toma de
conciencia que se desarrolló, primero, a nivel físico y, después, a nivel social y discursivo.

En un primer momento, los artistas (especialmente en los años sesenta y principios de los setenta) recuperaron el
cuerpo físico, la noción de corporalidad y tactilidad que había desapa- recido de la modernidad. Los límites del
sujeto fueron los límites de su cuerpo, de su resistencia, de sus músculos, de sus órganos.

Más tarde, una vez trabajados los límites del cuerpo físico, los artistas, desde mediados de los setenta y durante los
ochenta, comenzaron a trabajar sobre el cuerpo social. Los discursos de género, de clase o de raza se convirtieron
en el lugar central de reflexión del arte de acción. El trabajo sobre el límite se convirtió en un trabajo social.

Por último, en las décadas de los noventa y ya en el siglo XXI, esta reflexión sobre el cuerpo físico y social ha sido
completada con una reflexión sobre el cuerpo lingüístico, volviendo a otorgarse una gran importancia a la cuestión
del límite. Los límites del sujeto son ahora los límites del lenguaje. La acción, la del cuerpo físico y social, se
desarrolla en el ámbito del lenguaje, en los roles, los estereotipos y las posiciones dentro de un discurso.

Gran parte del trabajo de los artistas de la acción contemporánea tiene como objetivo la toma de conciencia de
estos límites, pero también la puesta en cuestión constante de los mismos, demostrando su artificialidad,
subvirtiendo su poder y abogando, en última instancia, por una soberanía del sujeto sobre aquello de lo que no
puede escapar.

Miguel Á. Hernández-Navarro

 

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